Puedo perdonarte todo, hasta las cosas mas hirientes, hasta lo que me quema la cabeza, lo que me lastima el alma, puedo perdonarte tus mentiras, tus enojos, tus pelotudeces, tus histerias, tus llantos, tus idas y vueltas, todo; cuando digo todo es todo, pero no me pides que me olvide porque eso si no lo vas a lograr, lo que me duele, me duele; no me lo vas a sacar nunca de la cabeza, es un reproche continuo, todos los días, cualquier hora, por cualquier cosa. Es un vivir acordándome de lo que me hizo, de como me dolió, de como sufrí. No me pidas que me olvide.