Aceptar es comprender que las cosas no siempre suceden como a nosotros nos gustaría. En vez de pretender que la realidad se adapte a nuestras rígidas expectativas, hemos de aprender a vivir concientemente, dándonos cuenta de que la sabiduría consiste en fluir flexible-mente, adaptándonos y sacando lo positivo de cada situación. Para lograrlo, se debe contar con la energía suficiente para poner en práctica todos estos principios. Y gracias a los nuevos resultados obtenidos, podemos experimentar un cambio de paradigma: no cambiarás cuando cambien tus circunstancias, sino que éstas cambiarán cuando cambies tú.